EL POSTESTRUCTURALISMO
Postestructuralismo,
rama contemporánea de la teoría de la crítica, especialmente desarrollada en
Francia, que afecta a áreas tan diversas como el psicoanálisis, la historia, la
filosofía y la teoría literaria. Su relación con el estructuralismo ha sido
objeto de un intenso debate y podría definirse como derivado del
estructuralismo o como su antítesis. Algunos críticos incluyen a estos teóricos
en dos campos diferenciados, el estructuralista y el postestructuralista. El
historiador francés Michel Foucault, por ejemplo, afirmó que no era
estructuralista a pesar de haber escrito lo que muchos consideran modelo del
análisis estructuralista, y otro tanto puede decirse del psicoanalista Jacques
Lacan. A ambos se les califica también como postestructuralistas. Esta
confusión aparente procede de concepciones divergentes sobre la naturaleza del
estructuralismo. Si se le considera limitado a los planteamientos del
antropólogo Claude Lévi-Strauss y a las primeras obras del crítico literario
Roland Barthes, en cuyos textos se analizaban los mitos, las instituciones
sociales y culturales en relación con los opuestos que engloban y que conforman
su estructura, sin que ni sus autores ni sus participantes sean conscientes,
entonces el postestructuralismo es algo muy diferente. El postestructuralismo
trata de superar la tendencia, aparentemente endémica en el pensamiento humano,
de contemplar la realidad como la unión de dos opuestos, pero ambas corrientes
comparten otras coincidencias: ambas rechazan la primacía del sujeto humano,
como pone de manifiesto el humanismo filosófico, y aceptan las consecuencias
del "desdoblamiento" del sujeto efectuado por Karl Marx, Fiedrich Nietzsche
y Sigmund Freud, entre otros. Al sujeto se le considera como un producto, un
punto focal de fuerzas, más que un agente creativo. La obra literaria es un
tejido de otros textos cuyo significado viene determinado por sus lectores más
que por la intención del autor. Las implicaciones de semejante punto de vista
en el psicoanálisis y la historiografía son inmensas. Para Lacan, el dominio
ineludible del lenguaje de los otros es el núcleo de la alienación psicológica.
La historia postestructuralista analiza las estructuras institucionales,
sociales y políticas en términos de la relación entre significado y poder, y su
teoría pone en cuestión la verdadera naturaleza de las relaciones entre la
realidad, el lenguaje, la historia y el sujeto.
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